ESPERANZA
Os anuncio que comienza el tiempo de Adviento.
Daos cuenta del momento.
Empezamos el tiempo litúrgico de adviento,
y una vez más renace la esperanza.
en el horizonte: Navidad.
Una Navidad sosegada, íntima, pacificada...,
también superficial, desgarrada, violenta...
Mas siempre esposada con la esperanza.
Es Adviento, es esperanza,
eas niña esperanza,
una llama temblorosa
que atraviesa el espesor de los tiempos,
una llama imposible de apagar
al soplo de la muerte,
inmortal.
Con esta esperanza grita Isaías:
Caminarán todos los pueblos hacia el monte del Señor.
Con esta esperanza pregona Juan Bautista:
Convertíos, porque está cerca el reino de Dios.
Con esta esperanza, con la esperanza
de todos los pobres de Israel,
con la esperanza de todos los pobres
del mundo, y de los siglos,
susurra María una palabra
de acogida:
Hágase en mí según tu Palabra.
Empieza el tiempo de Adviento.
Empieza a preparar la Navidad.
¡Viene Dios!
Aviva alegría, paz y esperanza
en el corazón de la humanidad.
Con esa misma esperanza
grita, pregona, ora con el deseo
más profundo de tu existencia.
¡Viene Dios!
Y está ya a la puerta.
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